Misha Vallejo Prut: la memoria como territorio

El fotógrafo y cineasta ecuatoriano Misha Vallejo Prut (Riobamba, 1985) se ha consolidado como una de las voces más singulares del arte visual latinoamericano contemporáneo. Su obra transita entre la fotografía documental, el cine y los proyectos multimedia, siempre impulsada por una búsqueda profunda: comprender la memoria, la identidad y la relación entre las personas y su entorno. Formado en la University of the Arts London, Vallejo combina la precisión del documental con la sensibilidad del artista visual, logrando imágenes que revelan tanto lo íntimo como lo político.

Sus proyectos fotográficos —Al otro lado, Siete punto ocho y Secreto Sarayaku— han recorrido festivales y exposiciones en Europa, América y Oceanía, mostrando un interés constante por las comunidades marginadas, la defensa del territorio y los vínculos humanos en contextos de cambio y resistencia. La serie Secreto Sarayaku, además, derivó en un proyecto interactivo que explora las cosmovisiones amazónicas frente a la amenaza extractivista, demostrando la capacidad de Vallejo para innovar en los lenguajes narrativos del documental.

Su primer largometraje documental, Ecos de luz, confirma esa mirada poética y rigurosa. La película surge de un descubrimiento personal: el archivo fotográfico de su abuelo, un registro silencioso de vidas y ausencias. A partir de ese hallazgo, Vallejo teje una reflexión sobre la herencia, la memoria y el paso del tiempo, entrelazando pasado y presente en una puesta en escena íntima y visualmente deslumbrante. Estrenada en la Competencia Internacional del Festival IDFA en Ámsterdam, la cinta ha sido celebrada por su acercamiento sensible a la historia familiar y por su exploración de la imagen como vestigio emocional.

Misha Vallejo es parte de una generación de autores ecuatorianos que expanden los límites del documental, incorporando recursos del arte contemporáneo, la fotografía y las narrativas digitales. Su trabajo refleja una práctica comprometida con los procesos de memoria y los derechos humanos, pero también con la belleza como forma de resistencia. A través de su cámara, Vallejo convierte lo cotidiano en un espejo del mundo interior, recordándonos que mirar con profundidad sigue siendo un acto político y poético.

Foto: Eco de Luz / Misha Vallejo Prut