El viento y todos los tiempos

Reseña de “El viento y todos los tiempos”, de Carla Valencia Dávila, estrenada mundialmente en los EDOC

RESEÑA

Andrés Valarezo Quevedo

9/10/20251 min read

El público reacciona con entusiasmo cuando, en plena proyección del documental, una polilla cruza la sala. Ese instante es percibido como un gesto “mágico”, íntimamente ligado al lenguaje poético que propone la película.

El viento y todos los tiempos”, de Carla Valencia Dávila, es un documental de 83 minutos que recoge la experiencia de un viaje solitario en bicicleta por las carreteras de Uruguay. En él, la directora explora de dónde viene, quién es y cómo lo atemporal atraviesa la vida, combinando la objetividad de la cámara con la intimidad de las imágenes y los sonidos, revelando su propio sentir.

La soledad se convierte en compañera constante: solo Carla, su cámara, su equipaje y la bicicleta enfrentándose a la carretera, al viento y al tiempo.

Durante la proyección, estaba fascinado por cada imagen, y como al combinarla con otra se potencia más y se pone al servicio de la película. Esa experiencia visual se complementa con la voz en off, que funciona como un hilo conductor, y con un diseño sonoro que envuelve al espectador y nos permite entender aspectos íntimos de la historia.

Si bien al inicio puede percibirse cierto caos, cada pedaleada ordena y da sentido al viaje. El registro en diarios y en cámara se transforma, en el montaje, en una expresión vital y emocional. De este modo, el espectador, pueda sentirse representado en una parte o en un todo.

Este documental usa el poder de las imágenes para crear poesía, para crear frases y oraciones complejas que el alma es capaz de descifrar. Y que esa soledad que se mostraba al inicio se disipa para organizarse en el tiempo y mostrarse como compañía.

Trailer de El viento y todos los tiempos