El colombo-ecuatoriano que brilla con luz propia

Alejandro Landes Echavarría (1980) es un cineasta colombo-ecuatoriano nacido en São Paulo, Brasil, y considerado una de las voces más arriesgadas y singulares del cine latinoamericano contemporáneo. Creció en Ecuador y luego estudió Economía Política en la Universidad de Brown, una formación que influiría profundamente en su aproximación analítica y social al cine. Antes de dirigir su primer largometraje, trabajó en periodismo como asistente de producción del programa Oppenheimer Presenta y como columnista del Miami Herald, ejercicio que moldeó su mirada crítica y su capacidad para narrar realidades complejas desde la sensibilidad humana.

Su debut cinematográfico llegó en 2007 con Cocalero, un documental que sigue la campaña presidencial de Evo Morales en Bolivia. Estrenado en el Festival de Sundance, el filme llamó la atención por su mirada política directa y su habilidad para capturar procesos sociales sin sensacionalismo. Landes demostró desde entonces un interés por las historias reales y los personajes situados en zonas de tensión política, cultural o emocional.

En 2011 estrenó Porfirio, su primer largometraje de ficción, basada en la historia real de Porfirio Ramírez, un hombre parapléjico que decide secuestrar un avión tras quedar postrado por una bala perdida. La película se presentó en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y fue ampliamente elogiada por su mezcla sutil de documental y ficción, así como por su aproximación íntima a un personaje marcado por la fragilidad, la rabia y la necesidad de dignidad. Con esta obra, Landes consolidó una firma estética y narrativa propia: historias reales, pero abordadas desde la poesía visual y la complejidad emocional.

Su consagración internacional llegó en 2019 con Monos, un thriller psicológico y sensorial sobre un grupo de jóvenes guerrilleros aislados en las montañas de Colombia. La cinta, ganadora del Premio Especial del Jurado en Sundance, no solo se convirtió en una de las películas latinoamericanas más comentadas de la década, sino que demostró la capacidad de Landes para construir atmósferas extremas, tensas y profundamente humanas. Monos fue seleccionada como la candidata de Colombia al Óscar y recibió elogios globales por su intensidad visual, su dirección de actores y su retrato abstracto, más sensorial que político, del conflicto armado. Críticos y académicos destacaron su habilidad para escapar de interpretaciones reduccionistas al enfocarse en la experiencia emocional de sus personajes, construyendo una película que funciona tanto como alegoría como experiencia visceral.

Tras este éxito, Landes continuó desarrollando proyectos que exploran los límites de la realidad, la violencia, el mito y la psicología. En 2025 anunció su nuevo largometraje, Reptilia, un thriller surrealista que promete expandir aún más su universo creativo. El filme, protagonizado por Mikey Madison, ganadora del Óscar por Anora, y la reconocida actriz Kirsten Dunst, explora el submundo del comercio de animales exóticos en Florida. La historia sigue a una higienista dental que, tras encontrarse con una misteriosa sirena, se ve envuelta en una peligrosa red de secretos, criaturas y tensiones ocultas. Aunque aún no se ha revelado si la sirena tendrá un rol literal o metafórico, el proyecto ya despierta expectativa por su mezcla de fantasía, surrealismo y tensión psicológica, elementos frecuentes en la obra del director.

Reptilia fue presentada en el Marché du Film de Cannes 2025, donde comenzó su proceso de ventas internacionales. La película será producida por Imperative Entertainment, Pastel, AF Films y A Stela Cine, la productora de Landes, con Black Bear encargándose de la financiación. El rodaje está programado para otoño de 2025, y el estreno podría darse en 2026 si el calendario se mantiene.

Con una filmografía breve pero contundente, Alejandro Landes se ha posicionado como uno de los autores más originales surgidos de América Latina en los últimos años. Su trabajo se caracteriza por fusionar lo documental y lo ficcional, desafiar la mirada del espectador y construir mundos que oscilan entre lo real y lo onírico. Desde los pasillos políticos de Bolivia hasta las montañas inhóspitas de Colombia y ahora el ecosistema surreal de la Florida profunda, Landes sigue expandiendo las posibilidades del cine latinoamericano en el panorama mundial.